19 jun 2017

La nave estelar de Brian W. Aldiss

Portada de La nave estelar de Brian W. Aldiss

La humanidad viaja encerrada en una nave inmensa que ha perdido el rumbo y navega sin control... Así reza la sinopsis que aparece en la contraportada de "La nave estelar" de Brian W. Aldiss, una de las novelas sci-fi más atrayentes (ya conocéis mi devoción por el subgénero de las naves generacionales) que un servidor ha podido leer últimamente. A partir de esta premisa Aldiss construye un relato de aventuras que se aleja de la ciencia-ficción más dura para acercarse más a la space opera, centrándose en los personajes y en las vicisitudes que padecerán a lo largo de su viaje dentro de la nave. Sin duda lo más original del libro es su punto de partida, un inicio que muestra una humanidad algo alejada de la que hoy en día conocemos.

Sinopsis:

La tribu de los Greene vive en una zona denominada Cuarteles. No se trata de un poblado estático sino que más bien son nómadas. Cuarteles avanza poco a poco a través de la maraña de cultivos hidropónicos que, a lo largo de innumerables años de crecimiento incontrolado, han colonizado el hábitat. A medida que las barricadas situadas en cabeza ganan terreno a los pónicos el poblado se va desplazando hacia adelante y deja tras de sí un terreno baldío que pronto las plantas vuelven a reclamar. La vida en Cuarteles es muy dura: apenas hay comida para sobrevivir más allá de los pocos animales salvajes que se pueden cazar y sus habitantes dependen en gran medida de la suerte que les deparen los oscuros compartimentos que descubren a medida que avanzan. En su ruta hacia Adelante los Greene hallan puertas, algunas selladas y otras franqueables, que les permiten descubrir terribles peligros o fabulosos tesoros. Lo que depara cada estancia es un juego de azar, una especie de ruleta rusa.

En Cuarteles las muejeres son un bien muy preciado pues la procreación permite mantener el número de nacimientos frente a las elevadas muertes de un ecosistema tan traicionero. Roy Complain es un cazador que obtiene sus presas en la maraña de pónicos. Cuando secuestran a su mujer se le relega al nivel de soltero, sin derecho a camarote propio y con otras molestas restricciones. Roy decide entonces emprender un viaje en busca de fortuna fuera de los límites de Cuarteles y lo hace acompañado por otros cuatro hombres, cada uno de los cuales esconde sus propias motivaciones. Sus compañeros de viaje son Bob Fermour, un hombre simple que trabaja en los campos de cultivo y al que le gusta contar historias a los niños, Wantage o Cara Cortada, que recibe el mote de su rostro deforme, Ern Roffery, cotizador y ratero encargado de asignar el precio de la carne y los cereales, y por último un misterioso sacerdote. Estos cinco valientes se adentrarán en las ochenta y cuatro cubiertas que componen la nave en la que surcan el espacio para hallar las respuestas al porqué de su largo viaje.


Estamos en una nave, ¿sabes?
dirigida quién sabe adónde.
Se está deshaciendo de puro vieja
y está llena de fantasmas, misterios
estremecimientos y dolor...

Opinión:

Apenas hay rastro de civilización y tecnología en los clanes y tribus que habitan en la nave. En un primer momento podemos dudar que se trate en realidad de un planeta lóbrego y peligroso, un reducto alejado del cosmos en el que la magia y los ritos ancestrales han resurgido con fuerza, pero pronto nos damos de bruces con la cruda realidad. La humanidad que permanece recluida en las cubiertas de esta gigantesca nave ha involucionado: sus individuos son de complexión menor y su conocimiento parece haber sucumbido a la oscuridad de las estrellas. Lo cierto es que los protagonistas apenas pueden ver más allá de los pónicos, de sus tristes cuartuchos y de la delgada línea que marca la supervivencia diaria; los acelerados viven el día a día como si no hubiese mañana.

Los laberintos de cubiertas selladas forman un hábitat en el que conviven gigantes, forasteros, fantasmas, mutantes y otros seres en apariencia inofensivos pero capaces de cosas increíbles. Las Rutas Muertas suponen un desafío para todos aquellos que abandonan Cuarteles en busca de algo mejor. Complain, Marapper y el resto se exponen a múltiples peligros tratando de llegar a Adelante, una nueva frontera en su pequeño universo, un lugar en el que la verdad les será revelada brutalmente y que les permitirá atisbar el lugar que ocupan en el mundo. Esta gigantesca nave generacional esconde secretos (se habla de seres que pueden leer la mente humana y de un diario de a bordo) que pueden ser algo más que simples mitos; el objetivo final de nuestros valerosos aventureros será averiguar cuales de ellos son reales y cuales no. Ante esta perspectiva es difícil no dejarse llevar. Atravesad pues la maraña de pónicos para experimentar en primera persona esta extraordinaria historia narrada en cuatro tiempos, uno de los clásicos de la ciencia-ficción surgido de la pluma de Brian W. Aldiss.

- aventura claustrofóbica en una nave generacional -
★ ★ ★ ★
Ficha:

"La nave estelar" - Brian W. Aldiss
Traducción de Edith Zilli
Editorial Edhasa - Colección Clásicos Nebulae, 14 (978-84-350-2214-5) - 1990
297 páginas

Otros links:
KINDLEGARTEN: La nave estelar - Brian W. Aldiss

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