Pocas veces he visto un despliegue tan efectivo de marketing como el que hizo Nova con “The Martian” de
Andy Weir. Como resultado el libro estuvo durante semanas en boca de todos y mis ganas de leerlo aumentaron de forma exponencial. Campañas publicitarias a parte el libro ha cosechado gran éxito en multitud de países y recientemente ha sido galardonado con el Goodreads Choice Awards 2014 en la categoría de ciencia-ficción, algo muy meritorio para tratarse de un libro autoeditado que en un principio funcionó por el boca a boca.
Tras su fantástica portada nos encontramos ante una brillante propuesta de entretenimiento que sin duda merece la pena ser leída. En general son muchos los aspectos positivos que nos ofrece esta novela y creo que compensan con creces los puntos negativos que se han usado a modo de crítica. Como ejemplo nada más adentrarnos en sus páginas nos encontramos con un mapa impreso, algo que a un servidor ya le proporciona un subidón, señal inequívoca de que tenemos ante nosotros lo que puede ser una gran novela de aventuras.
Sinopsis:
Mark Watney es astronauta y forma parte de la tripulación de la Ares 3, cuya misión es llegar a Marte. Una vez allí una serie de contratiempos les
obligarán a suspender la misión y abandonar el planeta precipitadamente. Creyéndole muerto sus compañeros abandonan su cuerpo
en el yermo planeta rojo. A partir de aquí comienza la odisea de Watney por sobrevivir en unas condiciones adversas y sin apenas recursos.
Su plan de supervivencia pasa por mantenerse con vida hasta que la siguiente misión tripulada (la Ares 4) llegue al planeta. Para ello deberá esperar
casi cuatro años, pero los suministros de que dispone no le durarán tanto tiempo. Watney deberá pues echar mano de su ingenio
y de su pericia técnica para ejercer de agricultor, de mecánico y de ingeniero en Marte. Con escasos recursos pero mucha imaginación nuestro héroe
se desvelará como un cruce entre Robinson Crusoe y McGyver.
Mientras tanto en la base de operaciones de la Tierra se percatan de que Watney está vivo y a su vez trazan un plan para comunicarse con él y poder
así diseñar una estrategia de salvamento efectiva. Es aquí donde aparece un grupo de personajes secundarios, en su mayoría bien elaborados, que
dotan de profundidad a la trama y aportan lazos emocionales y apoyo moral a Watney en su odisea marciana.
El final, aunque bastante obvio y algo brusco, no puede ser desvelado. De todas formas el atractivo de la novela no es el fin en sí, sino todos
los pormenores e hilos argumentales que se enhebran para llegar hasta él. Es gracias a esta elaborada recreación de un náufrago en Marte que
el lector conseguirá engancharse de principio a fin a esta trepidante novela de ciencia-ficción.
'Marte no es la Tierra.
No tiene una atmósfera densa capaz de doblar la luz
y mantener en suspensión partículas que la reflejen.
Hoy el vacío es prácticamente total. Cuando el sol no es visible, estoy a oscuras.
Fobos me proporciona un poco de luz lunar, pero no la suficiente para trabajar.
Deimos es una mierdecilla que no sirve para nada.'
Hoy el vacío es prácticamente total. Cuando el sol no es visible, estoy a oscuras.
Fobos me proporciona un poco de luz lunar, pero no la suficiente para trabajar.
Deimos es una mierdecilla que no sirve para nada.'
Opinión:
Son muchas las opiniones que se han escrito sobre “The Martian”, unas a favor y otras en contra. Las que lo
vilipendian argumentan que no aporta nada nuevo, que centrar la narración en un único personaje resulta cansino o que el desenlace es fácilmente
predecible. En parte les comprendo, pero no comparto su opinión.
Es arriesgado fundamentar una novela en un solo personaje, más aún cuando sus vivencias se detallan en forma de un diario o cuaderno de bitácora.
El autor resuelve esto dirigiéndose a nosotros de forma directa, como si fuésemos conocidos de Watney, algo que ayuda a crear una relación empática
con el lector. El cinismo del que Watney hace gala en ocasiones lo argumenta Weir en el desconocimiento del protagonista sobre si
seguirá vivo al día siguiente. El sarcasmo como último recurso vital, si bien no sea quizás el más idóneo, creo que tampoco es suficiente para
echar por suelo los demás méritos del libro.
Entre medio de las entradas del diario se intercalan episodios localizados en el planeta Tierra. Estos interludios están
construidos de forma sólida y nos acercan por momentos a una realidad más cercana y fácil de entender. Porque incluso lo que pasa en los
despachos y laboratorios de la NASA es en ocasiones más inteligible que las paranoias científicas que se monta Watney; en este punto sí que
coincido con muchos que restan elogios a la novela. Si bien el autor intenta instruirnos en modo ‘documental de La 2’ sobre lo que Watney se
propone, lo cierto es que a no ser que el lector tenga formación científica (y a veces ni así) es tedioso seguir el hilo de lo que se explica. En
estos momentos es fácil desconectar de la historia y pensar –Si, vale. Ahora con ayuda de un chicle y unos pocos alambres arregla el aparato ese.
Tenemos pues una vertiente de ciencia-ficción ‘hard’ que puede echar para atrás a muchos pero que yo disfruté y supe apreciar como hecho diferencial. En base
a leer el vocablo repetidamente se acaba uno acostumbrando a que Watney considere como su propio hogar el ‘Hab’; acabamos pues adoptando como propios muchos de estos términos científicos e incluso acaban por resultarnos familiares.
La historia no es complicada en sí, ni tiene múltiples tramas paralelas o giros inesperados. Se trata de una especie de
‘blockbuster’ y como tal se debe disfrutar: sabemos casi de antemano lo que va a suceder, pero nos deleitamos mientras lo leemos y nos
olvidamos de profundas reflexiones morales. ¡Esto no es "2001" señores! Incluso esa ironía trivial de
la que tanto abusa el protagonista y que puede molestar a muchos a mí me llegó a calar. Reconozco que sonreí en el momento en que, viendo que sus
opciones de volver a casa mejoraban notablemente, Watney añade al instinto natural de supervivencia su cabezonería para lograr un objetivo que le
permitiría regresar a la Tierra siendo un héroe. En el fondo es un científico (botánico para más inri) que durante su vida ha tenido escaso éxito
con las mujeres y que, como ser humano, tiene sus necesidades y también sus fantasías.
Sin duda ese elemento humano del protagonista y el tono cotidiano que envuelve la novela son la causa de que disfrutara tanto este libro.
Lo ameno de su trama y su prosa directa facilitaron la lectura y me entretuvieron durante innumerables trayectos en transporte
público. Y es que en el fondo es fácil cogerle cariño a este astronauta manitas, potencialmente pirómano y algo loco que es Mark Watney.
Con la compra de los derechos audiovisuales y la inevitable película en marcha el personaje creado por Weir tiene muchos números para convertirse
en breve en un héroe de acción moderno de los que recordaremos. ¡Quién sabe! Cuando el hombre llegue por fin al planeta rojo quizás encuentre algo
más que rocas marcianas y sondas obsoletas en su superficie; tal vez los astronautas hallen un saco con patatas congeladas o un grafiti que diga:
‘Mark Watney estuvo aquí’.
Ficha:
"El Marciano" - Andy Weir
Traducción de Javier Guerrero
Nova (978-84-666-5505-7)
407 páginas
Traducción de Javier Guerrero
Nova (978-84-666-5505-7)
407 páginas
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