autor: David B. Gil
edición: Suma de Letras (2016)
género: thriller tecnológico
edición: Suma de Letras (2016)
género: thriller tecnológico
Hijos del dios binario no es el primer libro publicado por el autor gaditano David B. Gil, pero sí el primero de los que ha escrito en llegar a mis oídos. Y lo hizo, como muchas otras veces, a través de uno de los libreros de Gigamesh. Con semejante título (molón a más no poder) y con el hype por las nubes por culpa del 'librero del mal' era inevitable que acabase en mis anaqueles (digitales en este caso). Fue el propio autor quien se encargó de publicitar una oferta de lanzamiento que sí hacía apetecible comprar libros en formato digital; un gesto, por cierto, que le honra como persona. He aquí mis impresiones tras acabar mi primera novela en e-book, que ya sabéis que no soy muy fan del formato.
Sinopsis
Nos adentramos en un futuro no muy lejano pero perfectamente reconocible. Conocemos brevemente a William Ellis, periodista del London Standard, minutos antes de ser asesinado por un misterioso sicario. Si bien se intenta esconder el crimen tras el engaño de un accidente de tráfico hay un pequeño detalle que amenaza con dar al traste con la conspiración: el periodista tuvo tiempo, antes del infortunio, de enviar un e-mail en clave con datos esenciales para desvelar un enigma. Se trata de un oscuro secreto que se gestó hace tiempo, algo más de cuarenta años, y que tiene que ver con unos niños muy especiales.
Daniel Adelbert es prospector: se dedica a recuperar objetos antiguos y curiosos, certificar su autenticidad y realizar la correspondiente transacción con el comprador. El joven desea tomarse un respiro tras unos años arrastrado por la voluntad de otros, persiguiendo los sueños de los demás. Está planteándose seriamente dejar el negocio cuando recibe un último encargo: Daniel debe volar hasta Londres por deseo expreso de Ludwig Rosesthein, el magnate para el que lleva recuperando piezas del siglo XX en los últimos tiempos. Pero el destino le reserva otra sorpresa. A través de un misterioso hombre recibirá la oferta de una corporación para trabajar en exclusiva para otro coleccionista, un hombre misterioso del que apenas sabe nada.
Alicia Lagos está recién divorciada, tiene una hija de nueve años y trabaja como redactora de cultura en el periódico digital Progreso. Tras un hecho trágico y fortuito se verá inmersa en la investigación de un complot que parece extender sus tentáculos a través de todos los estratos de la sociedad moderna. Nicholas es un chico de trece años que vive en régimen internado en St. Martha, una institución poco convencional que se nutre de jugosas subvenciones privadas. Entre el resto de chavales del internado solo Eva y Eugene merecen su atención. Todos estos y muchos otros personajes son la base para orquestar este thriller de ritmo trepidante donde cada individuo desempeña un rol fundamental para dar sentido a toda la trama.
'Viéndola así, casi irreconocible por los golpes,
Nicholas percibió su belleza más claramente
que nunca: sus hermosos ojos verdes, ahora
cegados por la hinchazón; su suave piel blanca,
cubierta por hematomas que se extendían como ponzoña;
su fino cabello negro, recortado sin piedad para
coserle las heridas del cuero cabelludo... La violencia
física había arrasado su cuerpo, pero su verdadera
belleza subyacía intacta, inalcanzable para
la brutalidad de este mundo.'
Nicholas percibió su belleza más claramente
que nunca: sus hermosos ojos verdes, ahora
cegados por la hinchazón; su suave piel blanca,
cubierta por hematomas que se extendían como ponzoña;
su fino cabello negro, recortado sin piedad para
coserle las heridas del cuero cabelludo... La violencia
física había arrasado su cuerpo, pero su verdadera
belleza subyacía intacta, inalcanzable para
la brutalidad de este mundo.'
Opinión
Hijos del dios binario mezcla con gran efectividad dos estilos dispares: la ciencia-ficción y el noir. Al igual que Blade Runner tiene la base de un thriller pero está aderezado con portentosos detalles de ciencia-ficción (realidades aumentadas, tecnologías futuras y demás) que hacen que destaque como novela de género. Es esta una historia muy honesta, que se construye poco a poco, añadiendo personajes y escenarios en su justa dosis hasta acabar completando una especie de puzle que engancha de principio a fin. Los libros se nos presentan en este futuro distópico como objetos de culto, aunténticas reliquias que lejos de ser destruidas son intercambiadas pues son objetos irremplazables. Igual que Daniel un servidor prefiere los libros físicos (su tacto, su olor, el mantra de pasar las páginas), pero debo reconocer que por una vez leer en formato digital ha sido un placer; la excelente prosa del autor tiene buena parte de culpa.
Madrid, Delhi, los fiordos noruegos, Tel Aviv, Irlanda del Norte, Osaka, Marsella, Singapur... De la mano del autor visitaremos lugares de todo el mundo, pero no todo será placer en nuestro viaje. El libro nos plantea interrogantes tales como ¿dónde están los límites de la ética? ¿Llegará algún oscuro sino a gobernar nuestros pasos? Estos mismos dilemas se plantean en el clásico indiscutible del cine sci-fi ya mencionado, y comparte con este el mérito de construir un futuro que nos obliga a pensar en nuestros actos y sus múltiples consecuencias. Es esta una de las muchas bazas que juegan a favor de la novela.
Como en el caso de la novela de Joan Marcé, si David B. Gil fuese anglosajón su libro sería a día de hoy un auténtico best seller. Y en apenas unas semanas, si existiera un futuro paralelo, los fans de la novela estaríamos emocionados por la adaptación al celuloide de la misma y por su inminente estreno en el festival de Sitges. Pero esto no es América y mi sueño difícilmente se cumplirá. Aún así debo reiterar que el libro es una maravilla, un pedazo de novela, y que por lo tanto se merece todo lo bueno que el futuro tenga a bien depararle. Y si algún productor o director de cine quiere atinar con un futuro bombazo ya puede ir tomando nota de mi recomendación.
Ficha
"Hijos del dios binario" - David B. Gil
Suma de Letras (978-84-8365-854-3)
573 páginas
Suma de Letras (978-84-8365-854-3)
573 páginas
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