autor: Federico Axat
edición: Destino (2016)
género: thriller psicológico ultrarebuscado
edición: Destino (2016)
género: thriller psicológico ultrarebuscado
Los halagos pueden ser gratuitos, sobre todo en las redes sociales. Ávida siempre de novedades, tendencias al alza e iconos nuevos y relucientes, internet y sus vías de expresión tienden a ser pródigos en palabras excelsas sobre (casi) cualquier tema. Las novelas no son una excepción. Muchas veces críticas y reseñas arden como la pólvora y acaban explotando con tal fulgor que uno es incapaz de pasar por alto la novela en cuestión. Un servidor no es inmune a esa sensación. Pero tampoco soy muy amigo de dejarme llevar por las masas de fervientes admiradores, más bien soy reacio a afrontar lecturas demasiado mediáticas. Con La última salida de Fernando Axat transigí mi norma de investigar un poco antes de conseguir el libro, embelesado en parte por uno de los inicios más impactantes que he tenido el placer de leer. Me lancé a ciegas al meollo e, ingenuo de mí, me he llevado un buen chasco.
Sinopsis
Es esta una novela muy especial. Posee una trama muy ingeniosa, llena de giros y sorpresas, y proporcionar demasiada información puede dar al traste con el disfrute de la misma, así que por el bien del lector que todavía no la conozca daré unas mínimas pinceladas. Ted McKay es un hombre rico y en apariencia con una vida modélica: un buen trabajo, una hermosa mujer, unas hijas encantadoras,... Pero hay algo que no encaja en su día a día. O por lo menos eso es lo que deducimos cuando, ya en la primera página, descubrimos que se quiere pegar un tiro con una nueve milímetros.
Su determinación es firme pero algo le acaba distrayendo de su estudiado ritual: unos golpes en la puerta y una nota en su escritorio. Todo es demasiado raro y decide posponer, que no desistir, en su empeño. Algo molesto se decide a abrir la puerta y se encuentra con un hombre misterioso que parece estar al corriente de sus intenciones. He aquí el primer hecho inquietante de una novela repleta de personajes oscuros que tienden a esconder sus motivaciones, aunque quizá no lo hagan con alevosía sino movidos por el engaño o la desidia.
A partir de este trepidante punto de partida conocemos a inividuos como Laura Hill, Mike Dawson, Wendell o Justin Lynch, personajes que tienen mucho que aportar a una trama de la que Ted es el eje conductor. El autor logra mantenernos con la intriga en lo que concierne al intento de suicidio del protagonista. ¿Tiene deudas de juego o ha realizado una inversión fallida? ¿Está gravemente enfermo? ¿Ha engañado a su esposa con otra mujer y la situación se ha vuelto insostenible? ¿O quizás haya cometido un terrible acto sangriento que no se puede reparar? El lector deberá llegar hasta la última página para averiguar lo que esconde la trama de La última salida.
'—Mira el campo de baloncesto —siguió Mike—,
hay dos lados bien diferenciados, separados por
la línea central. Lo mismo sucede con el mundo real y
el mundo de la locura, Ted. Estás cuerdo o no lo estás,
no hay término medio. Juegas para un equipo o para el otro,
y si estás encerrado en este lugar y tienes suerte,
si los medicamentos funcionan y los doctores aciertan
con tu diagnóstico y tu tratamiento, quizá tengas
la suerte de pasar de un equipo al otro, al menos
por un rato. Lo que no puedes hacer es jugar
para los dos equipos, ¿lo entiendes?'
hay dos lados bien diferenciados, separados por
la línea central. Lo mismo sucede con el mundo real y
el mundo de la locura, Ted. Estás cuerdo o no lo estás,
no hay término medio. Juegas para un equipo o para el otro,
y si estás encerrado en este lugar y tienes suerte,
si los medicamentos funcionan y los doctores aciertan
con tu diagnóstico y tu tratamiento, quizá tengas
la suerte de pasar de un equipo al otro, al menos
por un rato. Lo que no puedes hacer es jugar
para los dos equipos, ¿lo entiendes?'
Opinión
Estamos ante una novela muy imaginativa, pero también muy tramposa. La novela adolece de la tendencia de los últimos tiempos a fundamentar la trama en sorpresas y giros de guión. Se ha perdido el valor de los personajes en detrimento de un efecto cliffhanger que está muy sobrevalorado. Y cuando este efecto se repite una y otra vez el libro llega a resultar cansino, o por lo menos a mí me lo ha parecido. Lo padecí con La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker, una novela muy bien escrita y que se podía haber cerrado dignamente pero que acabó naufragando en las miasmas de la reiteración en pos del efecto sorpresa. Una pena. Fue este un primer toque de atención que me curó contra espantos y que me puso alerta ante novelas de este estilo.
Pero ¡ojo! Esto es una simple y humilde opinión, como todas las que aparecen en Otranto. No digo que sea una mala novela (si bien la de Joël Dicker me pareció mejor escrita) pero sí que está en las antípodas de lo que un servidor considera un libro interesante. Prefiero una y mil veces un buen personaje antes que una historia rocambolesca con mil líneas argumentales: la falta de lo primero me resulta inadmisible y el abuso de lo segundo tiende a exasperarme. En este caso el autor busca, capítulo tras capítulo, girar las tornas, confundir al lector con más datos y nuevos puntos de vista, algo más que obvio a partir de la segunda parte del libro. Este será sin duda el punto fuerte de la novela para los lectores avezados a este tipo de narrativa, para los amigos de rizar el rizo hasta la extenuación, pero a mí me resultó agotador. Solo quería resolver el enigma y a punto estuve de no llegar hasta el final y abandonarlo a medias, sobre todo gracias al maldito didelfimorfo (posible spoiler si lo buscáis en la wikipedia).
Fernando Axat es un ferviente admirador del maestro Stephen King. Se nota en su prosa el amor por el suspense, por el dominio de la tensión argumental, pero no creo que aporte nada nuevo al género más allá de dar a lo conocido otra vuelta de tuerca. Robert Louis Stevenson ya había tocado antes ciertos temas y con Paranoia disfruté mucho más porque partía de la premisa que se trataba de un simple juego, lo que le concede de entrada más licencias a una trama sui géneris. Y eso que me van los personajes atormentados, pero más en la línea de Pizzolatto o Pollock y no ahogados bajo tantos subterfugios. Los amantes del género tenéis en su futura adaptación cinematográfica una gran noticia, aunque mucho me temo que no dejará de ser otro thriller efímero que refulgirá lo que dure el efecto sorpresa, sin muchas opciones para perdurar más allá.
Ficha
"La última salida" - Federico Axat
Ediciones Destino - Colección Áncora y Delfín, 1362 (978-84-233-5066-7)
542 páginas
Ediciones Destino - Colección Áncora y Delfín, 1362 (978-84-233-5066-7)
542 páginas
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