3 oct 2016

American Gods de Neil Gaiman

Portada de American Gods de Neil Gaiman
autor: Neil Gaiman
edición: Norma (2003)
género: road movie sobrenatural

dos estrellas

El nombre de Neil Gaiman es indisociable del de Sandman, una de sus obras más reconocidas y una serie de referencia para buena parte de su inmensa legión de fans. Pero un servidor no es muy devoto de las novelas gráficas (apenas encontraréis reseñas si rebuscáis por los lúgubres pasadizos de Otranto), así que con ganas de acercarme a su mundo y a su prosa decidí lanzarme de lleno a por una novela, American Gods, que ahora mismo está en boga gracias a su inminente adaptación a la pequeña pantalla. Sin duda será este uno de los pelotazos televisivos de la temporada; pero por el momento centrémonos en la novela que aquí nos atañe.

Sinopsis

Sombra ha estado tres años entre rejas cumpliendo condena por agresión. A punto de abandonar el correccional Sombra dedica sus pensamientos a su añorada mujer Laura y a forjar planes conjuntos para cuando esté de vuelta en Eagle Point, Indiana. Su amigo Robbie le prometió que le daría trabajo en el gimnasio que regenta cuando recuperase la libertad, así que el futuro que se le plantea a corto plazo parece bastante alentador. Pero nada más salir de la cárcel recibe una funesta noticia: unos hechos acontecidos apenas hace unos días amenazan con dar al traste con todos sus planes.

De nuevo en casa Sombra tiene un extraño sueño en el que un hombre con cabeza de búfalo le vaticina una serie de cambios y le insta a tomar decisiones al respecto. Ese sueño coincide asombrosamente con la profecía que un recluso le había susurrado dentro del correccional. Sombra cree que ello se debe a una simple casualidad y decide no otorgarle demasiada importancia, pero unos días más tarde su destino da un giro radical cuando un hombre misterioso llamado Wednesday se cruza en su vida y le ofrece un trabajo que es imposible rechazar. A partir de aquí Sombra toma conciencia de haber entrado en una especie de realidad paralela, en un mundo de lo más extraño donde no existen las casualidades pero sí los senderos abiertos por la providencia.

Descubrimos entonces una nueva versión de los Estados Unidos de América, un mundo poblado por seres fabulosos (peligrosos incluso) nacidos de las creencias de los inmigrantes que llegaron a América en busca de un sueño. Generaciones más tarde muchos de estos mitos casi se han desvanecido suplantados por anhelos más modernos y luminosos, pero aún así perviven mientras se mantienen ocultos a la vista de los mortales. Los dioses existen y se materializan en personajes tales como una prostituta que devora a sus clientes a través de los órganos sexuales, tres hermanas que otean el firmamento noche y día temerosas de que un mal encadenado a las estrellas se libere por fin de sus ataduras y traiga la destrucción total o bien dos individuos que regentan una funeraria y cuyos conocimientos sobre el embalsamamiento se remontan a varios milenios antes de la era cristiana. Esta es la geografía de American Gods, la realidad en la que Gaiman nos emplaza nada más pasar las primeras páginas.

'Se agarraba a la pared de la torre de cráneos
a decenas de metros del suelo, los rayos cruzaban
las alas de los pájaros sombríos que circundaban
el peñasco, unas aves enormes, negras, de cuello blanco,
semejantes a los cóndores. Eran gigantescas, gráciles,
aterradoras; el batir de sus alas estallaba en el cielo
nocturno como un trueno.'

Opinión

La imaginación de Gaiman es prodigiosa, de ello no hay duda. Sirva de ejemplo la escena en la que Sombra y sus compañeros se suben al carrusel más grande del mundo, cada uno a lomos de un ser mitológico, para viajar hasta Valaskjalf, morada de Odín, y reunirse allí con el resto de dioses olvidados. Además el autor hace gala de una prosa directa, contundente, gamberra incluso, que convierte algunos fragmentos de la lectura en momentos gratamente estimulantes. Pero sí, habéis leído bien: he dicho algunos fragmentos.

En mi humilde opinión la novela adolece de un ritmo algo anárquico, con profusión de fragmentos vacíos (por no decir aburridos) que no aportan mucho a la historia más allá de dar a conocer algún que otro personaje secundario; algunos interludios son un buen ejemplo de ello. El texto original, o quizá la traducción, tampoco ayuda en determinados momentos. Los períodos de aparente calma en recónditos lugares de la geografia estadounidense se entremezclan con sueños inquietantes y con párrafos trepidantes que supuran acción lacerante, pero no acaba de existir un nexo que los cohesione de forma eficaz. Todo ello mientras se cuece a fuego lento un final que promete ser apoteósico pero que acaba naufragando en una insustancial brevedad. Como bien reza el dicho aquí hay mucho ruido y pocas nueces.

Lo mejor de la novela, aquello en lo que Gaiman sobresale, es el esbozo y la recreación de personajes. El autor se trasmuta entonces en un demiurgo y se saca de la chistera un panteón de nuevos dioses americanos dignos de alabanza. Sin duda es un gran punto a explotar, sobre todo de cara a su nueva adaptación televisiva, pues está llamado a ser el elemento que desequilibre la balanza. Y es que en American Gods hay una materia de base absolutamente genial, alucinante, un corrillo de personajes de los que se ven pocos en la literatura, pero igual que las viejas divinidades corren el peligro de caer en el ostracismo literario si no se les exalta adecuadamente. Curiosa ironía que los personajes acaben, como en la historia, siendo pasto del olvido, diluyéndose como objetos meramente ornamentales cuando estaban destinados a ser mucho más. Quién sabe, quizá la serie de televisión les retorne su merecida gloria.

Ficha

"American Gods" - Neil Gaiman
Traducción de Robert Falcó
Norma Editorial - Colección Brainstorming, 9 (978-84-8431-627-0)
477 páginas

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