Vivimos tiempos oscuros, de eso no hay duda. Con el IVA cultural por las nubes y el informe PISA indicando que los Uruk-hai tienen mayor comprensión lectora que muchos niños de nuestro país el hábito de la lectura es hoy en día una utopía. Son pocas las personas que en un contexto de crisis se pueden permitir el lujo de pagar el dinero que valen la mayoría libros, ya sea en formato papel o electrónico. Pero aquellos que estamos enganchados a esta bendita droga que es la lectura hacemos lo posible por no renunciar, por lo menos, a algunos pequeños vicios.
Mantenemos las visitas a nuestros templos de la cultura y el saber, aunque sea distanciándolas en el flujo espacio-tiempo. Disfrutamos de los suelos de madera que crujen bajo nuestros pies, de los coloridos lomos pulcramente ordenados en estanterías que llegan hasta el techo, de los resignados sabios (sus sueldos tienen la culpa) que allí trabajan, fuente inagotable de buenos consejos y de mejores lecturas. Todos tenemos alguna librería que nos atrapa por algún pequeño detalle, una especie de santo sanctórum en el que nos sentimos cómodos y a salvo. Y además tenemos los rastrillos, esos caóticos espacios en los que los volúmenes de 'Juego de Tronos' siempre cuestan 3, 4 ó incluso 5 euros menos si no te importa rebuscar y mancharte los dedos de algo de mugre; los que vivimos en Barcelona podemos disfrutar de Sant Antoni, pero hay muchos más. Estas visitas a los mercadillos a veces son provechosas, sin embargo ir con ideas fijas suele acabar en desilusión y en retorno con las manos vacías. No obstante, hay otras opciones...
Recientemente descubrí por casualidad la cadena de librerías Re-Read, un concepto a caballo entre la librería tradicional y los mercadillos de segunda mano, un espacio que aúna lo mejor de ambos y que se convierte para los lectores compulsivos en un antro de auténtica perversión (en el mejor de los sentidos).
La segunda mano no es ningún tabú: un servidor ha rescatado volúmenes en perfecto estado de la basura. La gente valora poco los libros y apenas duda en tirarlos al container creyendo que ya no son útiles. ¡Quizás no para ellos! Pero seguro que esas obras merecen una segunda posibilidad en manos de la gente adecuada; hay muchas opciones para reciclarlos, y llevarlos a las tiendas Re-Read para darles una nueva oportunidad es una de ellas. Hay quien recoge animalitos de la calle o de los centros de adopción, un servidor hace lo mismo con los libros.
12 euros pagué por esta selección de libros, un precio nada despreciable... |
Libros de segunda mano a precio de tarifa plana (1 libro por 3 euros, 2 libros por 5 y 5 por 10 euros) sin importar la editorial, el número de páginas o el autor. Eso se nos ofrece en estas tiendas. Algunos en mejor estado que otros (no todos tratamos igual nuestros libros), pero todos ellos perfectamente ordenados en estanterías y al alcance de cualquiera. No hay excusas para no leer y para no buscar novelas largamente anheladas. Desde ediciones nuevecitas hasta auténticos incunables de la edición moderna. Todo ello cabe en sus pulcros estantes. Ambiente agradable, música relajante y dependientes atentos. ¡Qué más se puede pedir! Lo cierto es que no es difícil repetir una vez pruebas la fórmula; lo complicado es no acabar siendo un 'yonqui' de los libros de segunda mano.
Mi descubrimiento fue hace apenas unos días, pero desde entonces me he recorrido la mitad de las sedes que existen en la ciudad de Barcelona (hay muchas más de las que creéis, incluso en otras ciudades). Un inocente comentario en twitter me ha permitido descubrir que ya tiene una gran legión de seguidores, lectores ávidos y selectos que las recorren en silencio, seres inteligentes que reconocen el valor de las palabras aunque aparezcan entre cubiertas desconchadas y páginas amarillentas. Ya lo dice su lema: Better than Read, Re-Read!
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