Hace unos días visitó este blog la escritora “La pata del escarabajo” un extraño western crepuscular, una historia muy particular confeccionada en base a unas premisas que el propio autor considera inquebrantables y que chocan de lleno con la literatura más convencional.
con un libro extraño, un afortunado hallazgo al que llegué por casualidad. Hoy aterriza en Otranto otra novela experimental, única en su especie, pero en esta ocasión iba yo prevenido. Conociendo de antemano los pormenores y sabiendo a qué me enfrentaría aproveché mi viaje a Donosti lo compré sin más. nos presenta enMistletoe es una pequeña población ubicada junto a una presa. Durante la construcción de la misma era poco más que un puñado de tiendas de lona, pero ahora se han levantado casas y algún que otro comercio; aun así sigue siendo un pueblo de mala muerte. La presa ha anegado buena parte de los campos de la zona alta pero al otro lado del muro la promesa de un vergel no se ha cumplido, siendo estas tierras un terreno baldío. Mistletoe y la vecina Clare son decadentes reliquias nacidas bajo el amparo de un sueño fracasado. Además la obra de ingeniería, con sus toneladas de piedra, madera y metal, se desplaza cada pocos años la distancia equivalente al grosor de una pata de escarabajo y el miedo a un alud permanece enquistado en la memoria colectiva.
El pueblo vive marcado por el estigma de la muerte de un obrero durante la construcción de la presa: su cuerpo desapareció en una repentina avalancha y se desconoce el punto exacto donde quedó sepultado. En este oscuro diorama encontramos a los protagonistas de la historia: Luke Lampson, hermano del fallecido, que vive con una india llamada Maverick en un rancho a las afueras del pueblo; Ma, la viuda, que por las noches recurre a tradiciones ancestrales para localizar la tumba de su difunto esposo; Thegna, la cocinera que calla pero que no olvida y que llegó a este paraje junto con el primer asentamiento de obreros; Cap Leech, un médico errante que socorre a los condenados y que viaja en un carromato rojo; el omnipresente sheriff y su ayudante Wade, dos personajes que no pueden faltar en cualquier western que se precie; una familia de turistas en busca del pasado; y por último una banda de motoristas surgidos de la noche que cruzan el valle dejando a su paso un reguero de luz, restallidos y destrucción.
casi fosforescentes, mientras que por el contrario
los animales se movían sin que nadie pudiera verlos,
aunque sus pisadas se oyeran a millas de distancia
en el cálido anochecer.
Estamos ante una novela onírica con un cierto aroma atemporal: los elementos que aparecen en ella se diluyen entre la actualidad y el viejo oeste. El autor urde oscuros y hermosos símiles para introducirnos en su fascinante universo y llega incluso a servirse de un extraño y misterioso almanaque para regir el sino de los habitantes del pueblo. Una pátina irreal lo cubre todo como si de un capítulo de "The Twilight Zone" se tratase. Y es que, os aviso de antemano, nada puede resultar normal en esta historia cuando el propio Hawkes asevera que la trama, los personajes y el escenario son los mayores enemigos de una novela.
La prosa visceral del autor supone todo un reto para el lector, pero a su vez posee un lirismo perturbador y aciago que atrapa sin piedad. No esperéis un guión ni nada por el estilo, sólo pulsión narrativa, paisajes góticos y personajes siniestros. Es necesario afrontar su lectura con la mente abierta, dispuesto a dejarse llevar por un torrente de palabras y sensaciones que no deja indiferente y que asombró al mismísimo . He disfrutado mucho con este libro. Iba sobre aviso pero la traducción de Jon Bilbao y esa trama que parece desencadenarse por oscuros designios, ajena por completo a la voluntad de sus protagonistas, me ha golpeado con rotundidad y de improviso. Bienvenidos a Mistletoe, pueblo de pesadilla abonado de esqueletos marchitos y feudo eterno de las serpientes de cascabel.
Meettok (978-84-937619-3-6) - 2010
229 páginas
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