autor: César Mallorquí
edición: Fantascy (2015)
edición: Fantascy (2015)
Reconozco que comencé la lectura de "Trece monos” sin demasiadas expectativas. No había leído nada de su autor, César Mallorquí, y el estridente color amarillo de su portada me repelía en gran medida. Y además estaba el mono de la portada, ese homínido que nos contempla con aire inquisitivo, incluso con cierta maldad; no sé, su mirada parecía querer hipnotizarme y acabó por generarme cierto mal rollo. Pero tras superar estos prejuicios me sumergí en su lectura. Ya de buen inicio la emotiva introducción escrita por el autor me desarmó completamente: con esa primera jugada me puso en jaque, me derrotó, dejándome a su merced. A partir de ahí todo fue cuesta abajo.
Una vez dentro del libro encontramos trece relatos de lo más variado (el número no surge al azar, sino que fue expreso deseo del autor). Todos ellos tienen alguna conexión con lo fantástico, algún nexo con lugares y situaciones que van más allá de nuestro raciocinio. Sin duda estamos ante un viaje fabuloso, uno de esos que nos llevan a mundos ignotos y a tiempos lejanos, una lectura que se disfruta por sus muchas facetas y matices. Como en todo conjunto de relatos los hay sobresalientes y mundanos, mejores y peores, siempre a gusto del lector. Pero la mayoría comparten el acierto de plantearnos dudas y dilemas nada triviales, de obligarnos a pensar sobre muchas cosas; entre estas temáticas nada baladíes hay alguna bastante reiterativa, y es que la religión da para mucho.
Sinopsis:
Esta antología se inicia con un brillante relato que me enganchó de principio a fin: en él dos familias, los Scopo y los Dunkel, se ven enfrentadas desde los tiempos de la primera cruzada en una misteriosa partida de ajedrez. Tan solo se permite un movimiento cada cincuenta años y tras casi seis siglos de calculada estrategia parece que se vislumbra la jugada maestra, aquella que decidirá el vencedor y que resolverá el misterio de los 64 escaques blancos y negros. "Cuento de verano” es una tronchante versión del "Cuento de Navidad” de Dickens. Comienza como un relato de fantasmas con un tono adorable y muy británico pero pronto atisbamos que algo desentona: la confusión se torna caos y con un efecto algo pasado de rosca asistimos a un desenlace al más puro estilo Benny Hill. Todo un divertimento. En "El regalo” acompañamos a un individuo de vuelta de todo que decide entrar un bar donde lo recibe un camarero nada convencional. Un gin-tonic puede ser la clave de todo el embrollo. "El muro de un trillón de euros” es un fantástico relato que nos vaticina algo sobre nuestro futuro y que nos cuenta mucho sobre nuestro pasado. De lo mejor de esta antología.
"Fiat tenebrae” es una historia escrita ex profeso para esta recopilación. Un carguero estelar resta varado en un puerto espacial tras el embargo del mismo por impago. El capitán de la nave lo ve todo negro pero por fortuna alguien acude en su rescate. Este misterioso individuo le propone como compensación por subsanar su maltrecha economía viajar hasta un destino secreto llevando consigo a nueve pasajeros, provisiones y un par de módulos como única carga. A partir de ahí se urde la aventura. Y es que mezclar naves espaciales y un cuñado solo puede dar como fruto un desternillante (a la par que serio) relato de ciencia-ficción al más puro estilo space opera. El conjunto lo completan otras muchas historias entre las que destaca el hermoso relato de un cartógrafo y su amor por una dama.
La antología la cierra "Naturaleza humana”, una novela corta que me ha cautivado desde un inicio. Esta historia narra como una especie alienígena (los skorpy o escorpiones) han logrado colonizar el universo en base a exterminar al resto de especies inteligentes. Ahora le toca el turno de la especie humana. Protegida por el Cinturón Chandra, un escudo defensivo de alta tecnología, la Tierra está a salvo de momento. La guerra y sus cruentas batallas se desarrollan en sistemas lejanos y resultan ajenas a los terrestres. En la Tierra, en la sede del gobierno militar, encontramos a Cecilia Álvarez, psicóloga, y al capitán Sumaye, de inteligencia militar. Ambos han sido destinados a un proyecto sumamente secreto. Gracias a sus investigaciones ambos descubrirán que el ejército esconde lo que parece un turbio complot. O quizás se trate de algo peor.
'—¿Cómo es ese mundo secreto, abuela? —preguntó Anita con interés.
—Es el mundo de la noche, querida, es lo que hay tras la niebla,
es la voz del viento y el murmullo de las fuentes,
es el lenguaje que se esconde tras el vuelo de los petirrojos,
y los secretos dibujos que tejen las arañas en sus telas.
En definitiva, es lo que hay cuando no estás mirando.'
—Es el mundo de la noche, querida, es lo que hay tras la niebla,
es la voz del viento y el murmullo de las fuentes,
es el lenguaje que se esconde tras el vuelo de los petirrojos,
y los secretos dibujos que tejen las arañas en sus telas.
En definitiva, es lo que hay cuando no estás mirando.'
Opinión:
Con César Mallorquí me ha pasado algo muy curioso: desde un primer momento me he sentido muy cómodo con su prosa. Es más, por momentos he llegado a admirar su simplicidad a la hora de transmitir, algo engañoso pues ello supone encontrar las palabras perfectas para cada momento. No es un escritor virtuoso, pero me encantaría escribir la mitad de bien que él. Sin duda es un modelo a seguir. Por este motivo todavía me avergüenzo más aún al reconocer que apenas conocía su obra de oídas.
El autor mismo se define más como novelista que como cuentista, quizás por las rutinas literarias, algo en lo que coincido. El libro que nos ocupa recoge una variedad de relatos que abarca un marco temporal amplio (1996-2014) y también un variado espectro de enfoques. Personalmente he disfrutado mucho de algunos de sus relatos, pero con la novela breve que cierra la antología es donde he he llegado a apreciar a un autor que desconocía. Los relatos cortos suelen ser terreno abonado para escritores con un estilo más cultivado, más obcecados con la estética, y también para aquellos que tienen el don de saber cerrar historias breves con una redondez contundente. Pero para defenderse bien a lo largo de múltiples páginas hay que enganchar al lector, arrastrarlo con una prosa fluida y eficaz a la par que sus personajes evolucionan, y eso no es fácil. Pero Mallorquí tiene ese don. Y tras leer "Trece monos” me he quedado con ganas de conocer más a fondo su faceta de novelista.
El libro es sin duda 100% recomendable. A mí me ha servido para descubrir a un gran autor patrio y aquellos que ya lo conocen seguro que se sentirán cómodos con esas historias suyas que tienen algo de familiar. La edición que ha hecho Fantascy, si bien en un inicio visualmente no me atraía, debo reconocer que ha acabado siendo efectiva e incluso ha acabado gustándome. Y sobre las historias... Esos cien monos algo locos me han atrapado con su escritura visceral, me he quedado con las ganas de visitar la ínsula Valentina y desearía que “El decimoquinto movimiento” hubiese durado trescientas páginas más. Y lo que es más importante, me he impuesto la tarea de leer más a Mallorquí, de buscar alguna de sus novelas y sumergirme en un mundo en el que sé de antemano que seré bienvenido y en el que disfrutaré desde la primera hasta la última página.
Ficha:
"Trece monos" - César Mallorquí
Fantascy (978-84-15831-40-2)
431 páginas
Fantascy (978-84-15831-40-2)
431 páginas
És un llibre extraordinari! Jo tampoc no havia llegit abans l'autor... i em sap greu.
ResponderEliminarBona nit,
EliminarSí, trobo que l'autor s'ha tret de la butxaca alguns relats molt bons. La veritat és que he disfrutat del conjunt de la lectura i en alguns relats m'he quedat amb ganes de més.
Gràcies per comentar.
@pancromatic
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