5 dic 2016

La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin

Portada de La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
autor: Ursula K. Le Guin
edición: Booket (2016)
género: ciencia-ficción antropológica

tres estrellas

Es casi imposible afrontar la lectura de una novela que ganó el Premio Nebula en 1969 y el Premio Hugo en 1970 sin tener unas ciertas expectativas. Hasta ahora no había recurrido a Ursula K. Le Guin porque asociaba a la escritora con la fantasía, un género del que no me declaro muy fan. Pero cuando en el club de lectura nos decantamos por esta obra me llevé una gran alegría: era la ocasión ideal para abordar la obra de esta reputadísima autora y además partiendo de una novela, en apariencia, más cercana a los géneros que un servidor tiende a devorar. La mano izquierda de la oscuridad destaca por la recreación de una sociedad ficticia moldeada por una curiosa fisiología e influenciada claramente por la filosofía del yin y el yang. Hay en esta novela poca ciencia-ficción y aún menos fantasía, aunque cuando aparecen lo hacen con potentes destellos y gran poder visual. Hallamos aquí interés por diseccionar la condición humana, como si de un estudio antropológico se tratase. Su análisis permite a la autora plantear una pregunta algo incómoda pero desde luego muy interesante: ¿están la violencia, los prejuicios y la falta de comunicación supeditados a la inherente sexualidad humana? La respuesta la podéis madurar mientras leéis esta novela. Quizás tras finalizarla vuestro punto de vista haya cambiado.

Sinopsis

Genly Ai es un enviado del Ecumen, una alianza de mundos cuyo centro neurálgico está en el planeta Hain. Con la intención de anexionar al remoto planeta Gueden (también llamado Invierno por su gélido clima) Genly llega para negociar con las diferentes facciones que lo habitan. La misión de nuestro protagonista es ser un mero observador: debe analizar las costumbres locales y afrontar luego las estrategias de la negociación desde un enfoque que maximice la posible unión de Gueden al Ecumen. Pero Genly se encuentra con una civilización cuyo talante es muy particular. Sus individuos son pasivos, con valores complejos y con tendencia a una excesiva reflexión, influenciados en demasía por conceptos extraños como como el kémmer o el shigfredor.

Genly se acerca a la corte del rey Argaven XV, monarca de Karhide, a través de Estraven, quien pasará a ser su compañero en esta aventura. Las artimañas políticas frustrarán los planes de Genly y lo alejarán de sus propósitos, motivo por el que deberá poner rumbo hacia Orgoreyn. A lo largo de su camino el emisario se enfrentará al reto de comprender a los guedenianos y su singular morfología: resulta imposible distinguir entre hombres y mujeres pues no hay diferenciación sexual, algo que dificulta una tarea tan simple como el trato ante un posible interlocutor. En Gueden la reproducción ha pasado a ser un hecho meramente funcional y posee la particularidad de que cualquiera puede ser padre o madre, de forma que los roles de la maternidad quedan desdibujados y pasan a ser fruto del azar. El reencuentro con su protector será el catalizador para que Genly logre vislumbrar los mecanismos de una sociedad que, si bien se asemeja a la nuestra, está en las antípodas de lo que nosotros conocemos.

La luz es la mano izquierda de la oscuridad,
y la oscuridad es la mano derecha de la luz.
Las dos son una, vida y muerte, juntas
como amantes en kémmer,
como manos unidas,
como el término y el camino.

Opinión

Nada se le puede reprochar a esta novela salvo que es hija de su época. Cuando fue publicada supuso una gran innovación, un original (y hasta entonces desconocido) punto de vista en la novela de género. La no-sexualidad de los guedenianos es sin duda la piedra angular de la novela: su particular fisiología no solo afecta a la reproducción, sino también a su carácter, al talante de un pueblo entero. Genly lo padece de entrada y se halla desconcertado ante unos individuos que, sin poseer una sexualidad clara, resultan ambiguos incluso en su forma de ser.

El ciclo kémmer-sómer es el elemento más destacado de la novela. La autora se afana en explicarnos todos sus pormenores, facilitando que el lector, como el propio Genly, acabe comprendiendo a Estraven y al resto de guedenianos. La balanza de la opinión final se inclinará hacia uno u otro lado en función de nuestro estado de ánimo frente al dilema que nos plantea la autora. Por otro lado términos como el shigfredor resultan indescifrables para el lector: debatiendo en el club de lectura llegamos a la conclusión que tenía que ver con el orientalismo que impregna la novela y que se asemejaba a una especie de código honor que en occidente no es posible interpretar. Y es que la sociedad guedeniana es vasta y muy compleja, tan repleta de sutiles variaciones como la miríada de vocablos de usan sus habitantes para referirse a la nieve.

La novela se disfruta si no se espera de ella mucha ciencia-ficción: las naves espaciales y los planetas exteriores no son más que una pátina ornamental, un decorado lejano. La trama se focaliza en un experimento sociológico, el choque entre sociedades casi opuestas, representado por Genly y Estraven, dos individuos que combinan sus voces narrativas a la par que hacen sendos viajes introspectivos. La delicada prosa de la autora nos guía a través de su periplo por el hielo perpetuo, detallando profusamente lo hermoso de paisajes y montañas (en este punto quizás se echa de menos un mapa para trazar el camino recorrido). Ha sido este viaje, junto con los incisos sobre mitología y costumbres de Gueden, lo que más me ha gustado de la novela. Tan solo os puedo dar un consejo para afrontar su lectura: no hagáis caso del primer capítulo, seguid adelante sin juzgar lo que en él se describe pues no tiene relación con lo venidero. Tan solo al final del camino podréis juzgar si lo que os narra Ursula K. Le Guin ha cambiado o no vuestra percepción sobre los habitantes de Invierno.

Ficha

"La mano izquierda de la oscuridad" - Ursula K. Le Guin
Traducción de Francisco Abelenda
Booket - Ciencia Ficción, 8023 (978-84-450-7678-1)
330 páginas

2 comentarios:

  1. Bueno, para mi toda la novela de arriba abajo es ciencia ficción (y de la buena). ¿A qué le llamas tú ciencia ficción? ¿A batallas estelares y listo?

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    1. Buenos días,

      La ciencia-ficción no son solo naves y batallas, también lo son los nuevos retos del hombre ante los retos que nos pone el espacio (por ejemplo "Solaris" de Stanislav Lem.

      Creo que no has sabido interpretar que se trata de una simple opinión, tan válida como cualquier otra, y que lo único que hago es prevenir a los lectores de que quizás no encuentren la scifi que buscan. Desde luego lo que no he dicho en ningún momento es que el libro de Úrsula sea malo.

      Gracias por visitar Otranto.

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